Qué pena lo que está pasando con el presidente, no, cambio de opinión, que aberrante lo que está haciendo, vendiendo la soberanía de Chile, empobreciendo y destruyendo el medio ambiente y a las poblaciones. Como de costumbre, la demagogia no faltó, cuando diputado Gabriel Boric rechazó violentamente el TPP-11, dando razones que significaban un daño irreversible para el futuro de todos los chilenos.
Hoy, como presidente de la república, lo ha aprobado y publicado en el diario oficial a pesar de las advertencias de una gran cantidad de experto, al extremo de probar que es dañino, legal e inconstitucional, tanto en la forma como en el fondo. Lo hace en momento que todo Chile está preocupado de los incendios y del show mediático del festival de Viña del Mar, al parecer pensando en que pasara desapercibido.
Estoy absolutamente seguro, que más temprano que tarde florecerá, el daño para chile y este acto será considerado, como uno de los peores que Chile vivirá a causa del TPP-11, Talvez, solo comparable cuando los gobiernos consideraron que la Patagonia no valía nada y la entregaron, sin pena ni gloria al gobierno Argentino.
Claramente, él está muy consciente del daño que Chile sufrirá, puesto que dijo que no lo aprobaría, mientras no se aprobaran las “Side-Letter” y lo ha aprobado, no obstante que esas “Side-Letters” (cartas laterales), no han sido rechazadas por el resto de los 10 países firmantes.
Son los países que reciben casi gratuitamente nuestros recursos naturales, con estas cláusulas que dejamos nuestra soberanía judicial en mano de Tribunales arbitrales extranjeros ad. hoc, es decir, por abogados como jueces contratados por las mismas multinacionales extranjeras. ¿Qué significará, en concreto, la aprobación de este TPP-11?”
Que si nosotros queremos recuperar nuestro cobre, o colocar algunos tributos, o exigir que se funda y refine el cobre o el litio en nuestro país, seremos demandados por sumas de dólares impagables para el país.
Es más, si le exigimos a estas empresas extranjeras, que cumplan normas medioambientales para dejar de contaminar, también nos pueden demandar y dejar que los chilenos sean perjudicados por esa contaminación. Debemos exigirle al presidente que, de cuentas, sería, y exhaustivamente, sobre este acto administrativo que daña al país sin precedentes.
Esta materia es tan grave que solo debería ser resuelta mediante un plebiscito o consulta a todos los ciudadanos con un referéndum. En definitiva, se ha entregado nuestra soberanía, económica, judicial y social por un palto de lentejas, como se consagra en las sagradas escrituras.