EVITA, UNA MUJER DEL PUEBLO

EVITA, UNA MUJER DEL PUEBLO

Evita, la lideresa que le dio fuerza y esperanza a los argentinos decía, "Donde hay una necesidad nace un derecho". Evita nació en las entrañas del pueblo, creció entre el pueblo y vivió y luchó por el pueblo. Ningún poder, jamás la pudo arrancar de su pueblo. Ella lo expresó con tanta claridad: "Yo no me dejé arrancar el alma que traje de la calle, por eso no me deslumbró jamás la grandeza del poder y pude ver sus miserias. 

Eva María Duarte de Perón, Eva Perón, o simplemente Evita como la llamaba su pueblo, era una mujer argentina de origen humilde nacida en Los Toldos, que llegó de las adversidades de la vida, como tantas argentinas, pero destinada a convertirse en la mujer que más impactaría en la vida de esa gran nación. 

Su vida fue una valiente y resuelta realidad que la convirtió en la Leyenda Argentina de amor y de lucha por el pueblo. 

Quizá, su leyenda se inició cuando eligió ser Evita. 

Eva Duarte nos dijo: “Cuando elegí ser Evita, sé que elegí el camino de mi pueblo”. Son en los caminos de los pueblos donde se labran los liderazgos más importantes, el futuro del mundo a conquistar y las vidas eternas.

Donde hay una necesidad nace un derecho

Actriz, política, compañera y esposa de Juan Domingo Perón. 

Se conocieron en 1944. Perón se convirtió en el Gran Conductor y Evita en la fuerza del Gran Conductor. 

Y los dos brillaron en la política argentina con luz propia. 

Fueron el hombre y la mujer que los grandes cambios sociales exigen, porque esos cambios necesitan tanto del hombre como de la mujer. 

Evita, la lideresa que le dio fuerza y esperanza a los argentinos decía, “Donde hay una necesidad nace un derecho”. 

Partiendo de aquella premisa, la solución a las necesidades del pueblo, Evita las convirtió en un derecho de todos los argentinos.

Desde la Secretaría de Trabajo, Perón había logrado transformar positivamente la vida de los trabajadores argentinos, les reconoció sus derechos, validó sus organizaciones y trabajó con ellas. 

El peronismo comenzaba a tomar forma y el antiperonismo también, y lo hacía con mucha fuerza.

Spruille Braden, operador de la política imperialista del Gran Garrote, llega a Buenos Aires el 19 de mayo de 1945 para instalarse como el nuevo embajador estadounidense y comienza su labor de organización del antiperonismo para derribar al gobierno de Farrell-Perón.

En respuesta, la Confederación General de Trabajadores (CGT), exhibe su fuerza en un multitudinario mitin realizado el 12 de julio en defensa de la política laboral. 

La clase trabajadora comenzaba a transitar hacia el peronismo y la lucha política se radicalizaba cada vez más. 

La agenda antiperonista se pone en marcha. 

El 19 de septiembre, una multitudinaria manifestación de la oposición le propina un duro golpe al gobierno y el 8 de octubre Perón es obligado a renunciar a todos sus cargos. El 11 de octubre, los Estados Unidos solicitan a Londres dejar de comprar bienes de Argentina para apresurar la caída del gobierno y el 12 de octubre Perón es detenido y un sector planea su asesinato.

El año 1946, Eva lo inicia ingresando de manera abierta y total a la política. 

Perón presenta su candidatura a la presidencia de la República, cuya elección debía realizarse el 24 de febrero de ese año. 

Eva se integra a la campaña electoral en favor de su esposo causando gran sorpresa en la política argentina que no conocía del protagonismo de la esposa de un candidato en tales procesos, mucho menos, de la participación femenina en la vida política del país. Hasta ese entonces, a las mujeres no se les reconocía sus derechos políticos. 

La fórmula Perón-Quijano ganó las elecciones con el 54% de los votos. 

Perón se convirtió en el nuevo presidente de Argentina y Evita en la Primera Dama de la Nación.

Su lucha como Primera Dama de la Nación

En 1947, Evita inició una extensa gira por diversos países europeos y algunos sudamericanos, en calidad de embajadora de buena voluntad. 

La gira se extendió por más de 60 días y asimiló los diversos programas y sistemas de ayuda social que ejecutan los países visitados. 

Con ese conocimiento, a su retorno, impulsa un renovado sistema de obras sociales (Programas sociales).

Desarrolla un mayor acercamiento con el pueblo, que la convierte en el nexo fundamental entre Perón y su gobierno con la clase trabajadora, sus organizaciones representativas, con los desempleados y los sectores humildes de Argentina. 

Asimismo, Evita levantó las banderas de la igualdad de derechos políticos entre el hombre y la mujer y la ley que lo consagra es firmada por Perón en septiembre de 1947, haciendo realidad el voto universal.

Un renglón aparte merece su trabajo con las mujeres. 

El 26 de julio de 1949, Evita funda el Partido Peronista Femenino (PPF) y las mujeres argentinas, de los barrios humildes principalmente, son organizadas e integradas con protagonismo propio a la vida política, fortaleciendo de esta manera a Perón y al peronismo. 

En las elecciones generales del 11 de noviembre de 1951, en la que Perón resultó reelecto presidente, el 64% del voto femenino fue para el peronismo; 23 diputadas mujeres fueron electas, 6 senadoras y 80 legisladoras provinciales.

Fallecimiento

Antes de realizarse las elecciones de 1951, el cáncer de cuello uterino que padecía Evita ya había sido anunciado y fue uno de los motivos por el cual renunció a su candidatura a la vicepresidencia en la fórmula de Perón. 

Al hacerse pública su enfermedad, la solidaridad internacional con Evita se hizo manifiesta. Diversos gobiernos ofrecieron sus mejores médicos para ser tratada. 

Los acontecimientos se precipitaron y Evita falleció en Buenos Aires, el 26 de julio de 1952 a la temprana edad de 33 años. 

Ese día el pueblo argentino lloró, sus funerales se prolongaron por más de diez días y más de dos millones de personas fueron a darle el adiós y ver cómo ocupaba su lugar en el sitial de los eternos del pueblo.

Nunca le arrancaron el alma de pueblo

Evita nació en las entrañas del pueblo, creció entre el pueblo y vivió y luchó por el pueblo. Ningún poder, jamás la pudo arrancar de su pueblo. Ella lo expresó con tanta claridad: 

Yo no me dejé arrancar el alma que traje de la calle, por eso no me deslumbró jamás la grandeza del poder y pude ver sus miserias.  Nunca me olvidé de las miserias de mi pueblo y pude ver sus grandezas“.

Esa mujer era Evita. Vivió un breve tiempo, pero cuando se vive con intensidad sirviendo al pueblo, el tiempo puede ser tan breve pero la huella que se deja puede ser eterna.

Hoy en el Día Internacional de la Mujer llamamos a la unión en contra de todo lo que nos explota y oprime, el capital y sus agentes opresores que nos obligan a actuar como propiedad privada, como reproductoras y peor aún, como esclavas de las ganancias. 

Que entre nosotras nazcan miles y miles como Rosa Luxemburgo, Alexandra Kollontai, Clara Zetkin, Luisa Toledo, Eva Perón, Gabriela Mistral, Francisca Sandoval, Berta Cáceres, Hebe Bonafini, Rigoberta Menchu, Ana Neri, Mary Muthoni Nyanjiru, Juana Azurduy, las Hermanas Mirabal, Frida Khalo, Cecilia Magni, Patricia Arellano Parada  y muchas otras que han revolucionado, agitado y dejado en claro sin las mujeres, no podemos vencer a nuestro enemigo. 

¡Salve este aniversario del Día Internacional de la Mujer!

¡Luchemos por la unidad de todos los explotados contra nuestro enemigo común: el sistema capitalista!